
En nuestras vidas aparecen muchos problemas diariamente. La gran mayoría de ellos los solucionamos sin ninguna dificultad según se van presentando; pero de vez en cuando asoma alguno que no sabemos cómo hacerle frente, le damos vueltas y más vueltas, que no sólo no solucionan el problema sino que nos hace verlo aún mayor. Esta situación nos hace hundirnos poco a poco y nos va dejando con poca energía y mucho dolor de cabeza.
¿Qué podemos hacer en estos casos?.
Principalmente son tres ideas las que nos pasan por la cabeza que nos impiden enfrentar el problema
– Este problema ES IMPOSIBLE DE SOLUCIONAR
– La solución depende de otros, yo no puedo hacer nada
– Miedo , mucho miedo.
Empecemos por cambiar la perspectiva con la que vemos el problema
Vamos a dejar de ver el problema como imposible de solucionar.
Ya que todos los problemas tienen solución si nos preguntamos ¿Cómo puedo solucionarlo? cambiará automáticamente el foco de nuestra atención, pasará de una preocupación excesiva y paralizante en muchos casos, a una actitud más activa y positiva de búsqueda de soluciones.
Cuando pensamos que la solución no depende de nosotros, que está fuera de nuestro de alcance, esto nos lleva a echar balones fuera, a la indefensión y a no hacer nada para solucionarlo. Pero TODOS los problemas por muy grandes que sean, tienen una parte que depende de nosotros, siempre hay algo que podemos hacer por poco que sea. Y si nos centramos en esa pequeña parte que sí depende de nosotros y trabajamos en ella, obtendremos 3 beneficios: mantendremos nuestra mente distraída, contribuiremos a solucionar el problema y nos sentiremos mejor con nosotros mismos.
«No te PREocupes de un problema,
OCÚPATE en darle una solución positiva para tí.
Muchas veces es el miedo el que nos paraliza y nos impide enfrentarnos al problema, y empezamos a evitarlo. Hacemos como que no existe. Pero lamentablemente evitar un problema y no querer verlo no hace que se solucione.
Otra respuesta que solemos dar ante este tipo de problemas, consiste en darle vueltas y más vueltas, llegando a entrar en un círculo vicioso del que no sabemos salir. Cuando nos ocurra esto,
Podemos contar nuestro problema a alguien de confianza, que sepa escuchar, pero debemos hacerlo con una actitud abierta y de escucha. Por qué digo esto? porque 4 ojos ven más que dos, posiblemente esa persona te podrá dar perspectivas nuevas de tu problema. Las cosas no se ven igual desde fuera que desde dentro. Si estamos atentos a lo que nos diga la otra persona quizá podamos encontrar algo en lo que no habíamos reparado antes. Por el contrario si vamos con una actitud cerrada y de no escucha, no nos servirá de nada, como mucho para desahogarnos un rato.
Otro «truco» que nos puede ayudar a dejar de dar vueltas a los problemas es la distracción, que no evitación. Si tenemos la oportunidad de distraernos con algo que nos gusta, charlar con algún vecino, amigo… ir al cine, pasear, jugar con tus hijos… lo que sea, aprovecha ese momento, SÉPARATE DEL PROBLEMA !!! aprovecha para salir de tu burbuja aunque sea un rato, y deja de darle vueltas. Es difícil, lo sé, y hay que poner de tu parte, pero verás cómo poco a poco vas mejorando y viendo las cosas de otra forma
Si aun intentándolo todo, poniendo de tu parte no consigues salir del hoyo, te aconsejo que busques la ayuda de un profesional antes de que la situación se desborde y de lugar a ataques de ansiedad, pánico o depresión.
¿Qué otros trucos, pensamientos o actitudes te ha ayudado a ti?
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...